Sean Carroll, científico a domicilio
Avram Miller es un empresario de éxito, conocido principalmente por su paso por Intel, el mayor fabricante de circuitos integrados del mundo, donde contribuyó a la creación de su filial de capital riesgo.
Según cuenta en su blog, Two Thirds Done: thoughts of a 68 year old boy [algo así como: Dos tercios del camino recorridos: reflexiones de un chaval de 68 años], es también un buen aficionado a la ciencia:
«La física me ha interesado desde que era niño. De pequeño, era bastante enfermizo, así que pasaba bastante tiempo en cama, que aprovechaba para escuchar programas de radio sobre ciencia. Por aquel entonces Albert Einstein aún vivía. Me costó aprender a hacerme atarme los zapatos, y mi madre me decía: «No te preocupes, Einstein tampoco sabe atárselos». Probablemente no era verdad, pero hizo que me identificase de por vida con el gran sabio.»
Hace unos días, Miller tuvo una «cita con un físico»:
«A lo largo de mi vida, he leído muchos libros sobre mecánica cuántica y cosmología. Libros escritos para legos como yo, porque carezco de los conocimientos matemáticos necesarios para leer los libros de texto universitarios. Recientemente, leí The Particle at the End of the Universe [La partícula al final del universo], de Sean Caroll, de quien ya había leído su libro anterior, From Eternity to Here: The Quest for the Ultimate Theory of Time [Desde la eternidad hasta aquí: La búsqueda de la teoría final del tiempo]. Cuando lo terminé, le comenté a mi mujer, Deborah, que calculaba que había entendido alrededor del 70% de lo que había leído, y que ese era mi problema normalmente. Desearía poder pasar unas cuantas horas con un físico como Carroll, alguien que sabe mucho del tema y que tiene la capacidad de comunicarlo de manera articulada, y hacerle algunas preguntas.
(Tráiler casero del libro de Carroll, con subtítulos en inglés y en español.)
Deborah tiene la costumbre de hacerme un regalo cada año en la noche de Janucá, y este año no sabía qué regalarme así que, puesto que la fecha se aproximaba, se puso en contacto con Carroll (que por suerte vive en Los Ángeles, donde pasamos los meses de invierno) y le hizo lo que ella calificó de «extraña solicitud». Preguntó si podría «alquilar» a Sean durante unas horas para que respondiese a mis preguntas. A Sean la petición le pareció entrañable, y accedió. Además, Deborah, mi mujer, propuso después podríamos cenar con Sean y su mujer, Jennifer Ouellette, escritora especializada en ciencia que tiene un blog en Scientific American titulado Cocktail Party Physics. Cuando me dijo cuál era mi regalo, me sentí al mismo tiempo emocionado, agradecido y asustado.
Buscamos una fecha que me permitiese tener unos meses para prepararme la sesión con Carroll. Repasé todo lo que había aprendido y escribí todas mis preguntas en un documento de cinco hojas, organizado por temas como «Big Bang», «campos y partículas», «el campo de Higgs» o «la naturaleza del espacio».
Nos vimos anoche y, durante más de dos horas, pudimos comentar alrededor del 90% de mis preguntas. Tardaré unas semanas, quizá incluso meses, en procesar lo que aprendí. Aunque Sean es muy agradable y tuvo mucha paciencia conmigo, me sentí algo inseguro cuando tuve problemas para entender algunas cosas, como el significado del «espín».
Después de nuestra conversación, los cuatro juntos disfrutamos de una gran cena y una estupenda conversación. Me siento muy afortunado por haber tenido esta oportunidad, y le estoy muy agradecido a mi mujer por este detalle.»
Sean Carroll es físico teórico en el California Institute of Technology (Caltech), además de activo bloguero y tuitero. Su libro más reciente es La partícula al final del universo: Del bosón de Higgs al umbral de un nuevo mundo, publicado por la editorial Debate.
Twittear