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Edward O. Wilson: Consejos para jóvenes científicos

Edward O. Wilson es considerado generalmente como la máxima autoridad mundial en el estudio de las hormigas. Wilson es también uno de los grandes divulgadores científicos, en buena medida por su capacidad para inspirar a quien lo lee o escucha, como queda de manifiesto en este vídeo de TED.com, grabado este mismo año, donde da una serie de consejos («los principios de Wilson») a los jóvenes científicos y a quienes, aún más jóvenes, todavía están a tiempo de decidirse a iniciar una carrera profesional en la ciencia:

Entre otros asuntos, Wilson le quita hierro (a partir del instante 4:50) a una de las barreras que han de superar muchos de los aspirantes a científicos: la «fobia» por las matemáticas, el lenguaje de la naturaleza. Y Wilson sabe bien de lo que habla:

«Durante 41 años enseñando biología en Harvard, observé con tristeza a estudiantes brillantes dar la espalda a la posibilidad de una carrera científica o incluso a tomar cursos de ciencia no obligatorios porque temían fracasar. Esta fobia a las matemáticas priva a la ciencia y a la medicina de una enorme cantidad de talentos absolutamente necesarios.

»[L]as matemáticas son un lenguaje como cualquier otro idioma verbal, con su propia gramática y su propia lógica. Cualquier persona con una inteligencia media que aprende a leer y escribir las matemáticas a un nivel elemental, como en los lenguajes verbales, no tendrá dificultades para comprender las reglas más básicas si decide dominar el lenguaje matemático de muchas disciplinas científicas. Cuanto más se tarde en adquirir al menos un nivel básico, más difícil será dominar el lenguaje matemático, como sucede con cualquier lenguaje verbal, pero es algo que se puede lograr a cualquier edad.

»Hablo como autoridad en la materia, porque soy un caso extremo. No estudié álgebra hasta mi primer año en la Universidad de Alabama. Antes de eso no se enseñaba. Y comencé a estudiar cálculo a los 32 años, siendo ya profesor titular en Harvard. Tenía como compañeros de clase a estudiantes a los que casi doblaba en edad; un par de ellos eran alumnos míos en un curso de biología evolutiva. Me tragué mi orgullo y aprendí cálculo.

»Descubrí que en la ciencia y en sus diversas aplicaciones, lo fundamental no es tanto la habilidad técnica como la imaginación en todas sus vertientes. La capacidad de formar conceptos a partir de las imágenes de entidades y procesos guiados por la intuición. Descubrí que los avances en ciencia pocas veces proceden de la capacidad de plantarse frente a una pizarra y conjurar imágenes a partir del desarrollo de proposiciones y ecuaciones matemáticas, sino que son el resultado de una imaginación que da paso a un duro trabajo, para el que los razonamientos matemáticos a veces son relevante, pero otras veces no.»

Wilson es un autor prolífico y reconocido, ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer. Tras La conquista social de la Tierra (Debate, 2012), su libro más reciente en castellano es Cartas a un joven científico (Debate, 2014) (cuyas primeras páginas se pueden leer aquí).

Cartas a un joven científico, de Edward O. Wilson (Debate, 2014)

La conquista social de la Tierra, de Edward O. Wilson (Debate, 2012)

[Artículo actualizado el 20 de enero de 2014, para reflejar la publicación de Cartas a un joven científico.]

Jugar a la velocidad de la luz

El Game Lab del MIT ha desarrollado un juego que permite experimentar en primera persona los efectos relativistas que normalmente nos son inaccesibles, debido a la enorme diferencia entre las velocidades a las que se desarrolla nuestra existencia cotidiana y la velocidad de la luz.

El juego, «A Slower Speed Of Light» [en traducción libre, algo así como «Ralentizando la velocidad de la luz»] está disponible para PC o Mac.

Aunque el código fuente aún no se ha publicado, la intención del equipo que lo ha desarrollado es que esté disponible bajo una licencia de software libre, de manera que cualquiera pueda incorporar en sus propios juegos o programas de otro tipo la simulación de efectos relativistas que esta plataforma ofrece, como el efecto Doppler, la aberración de la luz, la dilatación del tiempo o la contracción de las longitudes (transformación de Lorentz).

Aunque el ambiente es algo siniestro (con esa música de fondo y las figuras espectrales que recorren el escenario) y el juego carece de dificultades que le den emoción, por si alguien se pregunta por el grado de realismo en la reproducción de los efectos relativistas, parece que no es nada malo (al menos esa es la opinión de Luboš Motl, el físico checo autor del blog the reference frame).

Carl Sagan: Un punto azul pálido

Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. Ahí ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de un lugar del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra parte del punto. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestros posicionamientos, nuestra supuesta importancia, el espejismo de que ocupamos una posición privilegiada en el universo … Todo eso lo pone en cuestión ese punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano de polvo en la gran penumbra cósmica que todo lo envuelve. En nuestra oscuridad —en toda esa inmensidad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Dependemos sólo de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y yo añadiría que también forja el carácter. En mi opinión, no hay mejor demostración de la locura que es la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, recalca la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido.

Carl Sagan (9 de noviembre de 1934 – 20 de diciembre de 1996)

(Vídeo via Naukas; texto via Wikipedia.)

¿Cómo de infinito es el infinito?

¿Sabías que no todos los infinitos son iguales, que hay infinitos más infinitos que otros, y que ni siquiera hace falta contar para entenderlo? Este vídeo (con subtítulos en español y en inglés) te lo explica todo de forma breve y sencilla:

Más información en TED Ed.

Premio Nobel de Física 2012: ¿Cómo vemos la luz?

Serge Haroche (Francia, 1944) y David J. Wineland (Estados Unidos, 1944) recibieron conjuntamente el premio Nobel de Física 2012 «por sus innovadores métodos experimentales que permiten la medición y la manipulación de sistemas cuánticos individuales», uno de los fundamentos de los futuros ordenadores cuánticos.
Este vídeo de Minutephysics explica breve y esquemáticamente en qué consisten esos métodos experimentales (tiene subtítulos en varios idiomas, entre ellos el español):

El Telescopio Espacial Hubble amplía los horizontes del tiempo y el espacio

A partir de las imágenes que el Telescopio Espacial Hubble ha tomado a lo largo de la última década, tanto en el rango de la luz visible como en el infrarrojo, los astrónomos han conseguido recrear la imagen más profunda del universo que nunca hayamos visto.

Fuente: Hubble Site Channel en YouTube.